jueves, 5 de julio de 2012

COLEGIO DE LOS LEGIONARIOS DE CRISTO TIENE RESPONSABILIDAD EN LAS VIOLACIONES DE MENORES

Ciro Colombara, uno de los abogados querellantes en el caso de abusos sexuales contra menores del Colegio Apoquindo, de la congregación LEGIONARIOS DE CRISTO, dijo que el colegio “ha entregado información falsa o errónea desde el comienzo de esta investigación”.

Enfatizó que “existieron reclamos ante la dirección, que no fueron resueltos adecuadamente”, que nunca fueron denunciados a la justicia.

Como se sabe, la ley contra la pedofilia castiga al director de un colegio que, teniendo conocimiento de un delito de esta naturaleza, no lo denuncia a la justicia.

Agregó el abogado que hasta ayer “las personas formalizadas seguían siendo funcionarios remuneradaos del colegio, aunque no ocupaban la casa”.

Hoy el colegio informó en una declaración que los involucrados fueron despedidos del trabajo.

Cabe indicar que en el proceso se ha acreditado abuso sexual contra 4 menores y violación en 2 de ellos.

El abogado Colombara dijo que existen más denuncias, además de las conocidas, las cuales fueron presentadas directamente al Ministerio Público.




Fuente:  http://www.elpatagonico.cl/?p=37267

sábado, 23 de junio de 2012

Respuesta a los Comunicados sobre el caso Thomas W

26 de Mayo de 2012
Por Cárpatos

Los Legionarios, por boca de Luis Garza, Oscar Náder y Álvaro Corcuera, han emitido sendos comunicados a raíz del reconocimiento por parte de Thomas Williams, de haber mantenido una relación con una mujer, que tuvo como consecuencia el haber engendrado un hijo.

Algo totalmente natural, aunque humanamente inmoral y cristianamente pecaminoso, sobre todo si pensamos que este hecho ha saltado a la luz pública a causa de la presión mediática.

Lo grave del asunto, es que de no ser por el valor de los periodistas que son amantes de la Verdad, todo seguiría siendo tapado, por quienes hoy emiten comunicados.

Luis Garza habla de añadir una herida fresca, cuando otras aún no han sanado. ¿Por qué no han sanado?

Esa pregunta es la que deberían responder precisamente las autoridades legionarias. Las heridas no han sanado, porque ellos no quieren que sanen. Los lamentos de las víctimas, los quejidos de los abusados por el más grande depredador de la historia de la Iglesia, siguen abiertas y les acompañarán por siempre, y se seguirán abriendo otras heridas, otras grietas en la nave legionaria, que los llevará a hundirse en su propia mezquindad

Oscar Náder habla de querer enviar esta nota para que se conozca por ellos, y no por terceras personas lo que sucede.

Lo que sucede es precisamente que el ocultamiento y las mentiras están rompiendo las barreras donde las han querido meter,

Garza y Náder coinciden en sentirse tristes y doloridos por tener que dar esta noticia. Eso es comprensible.

Lo que aún resulta incomprensible, es que sean ellos precisamente, los Directores del Ocultismo y la doblez los que vengan ahora a querer dar lecciones de transparencia.

Una vez más volvemos a lo de siempre, ni una palabra de comprensión a las Víctimas, nada….

Una vez más nos encontramos que, al igual que hicieron con el Falso Profeta que tiene como Fundador, envían al sacerdote a una vida de Oración y Penitencia, que como sea igual que la que pasó su padre fundador, apañados vamos.

La guinda de este pastel de hipocresía, sin embargo era el comunicado de Álvaro Corcuera.

Corcuera comienza explicando como fue ese proceso, cuando era rector y supo por ciertos rumores…..Claro, preguntó y Thomas, lo negó

Esos mismos "rumores" que hoy pesan sobre varios Legionarios en activo y que presuntamente abusaron sexualmente de niños…y que lo niegan, como no podía ser de otro modo y que los Legionarios de la cúpula se niegan a investigar.

Desde el año 2005 Álvaro tiene constancia de la veracidad de los "rumores".

El 21 de mayo de 2012 el Secretario Territorial Joseph Caminal, L.C. envía una notificación con la carta del P. Álvaro en que se disculpa por lo acontecido y el modo erróneo de llevar el caso. Me llama la atención un comentario del P. Caminal: "Nuestro director territorial les pasa esta información para su conocimiento. Si alguien les pregunta, pueden dirigirles a las páginas de Internet antes mencionadas. Además se ha distribuido también en los Estados Unidos una carta del P. Thomas Williams que les envío en archivo anexo."

¿Qué significa eso de si se les pregunta, pueden dirigirles a las páginas de Internet antes mencionadas? ¿Acaso los legionarios no pueden opinar, no tienen capacidad intelectual para dar una opinión personal?

Veamos ahora los hechos reales y palpables.

1. Ya con el hijo a las espaldas, sabiéndolo los superiores mencionados, fue nombrado Decano de la Facultad de Teología, y luego profesor de Teología Moral especial.

2. El P. Thomas Williams fue portavoz de la Legión y concedió entrevistas públicas después del estallido del escándalo Maciel (apareció en la TV para hablar de la hija de Maciel en 2009).

3. El último libro del P. Thomas Williams fue publicado en octubre de 2011.

4. El P. Thomas Williams dio la última conferencia en público, en una actividad nacional del Regnum Christi en Estados Unidos el 21 de abril de este año. Estaba programada una conferencia suya incluso en el mes de octubre organizada por la sección del RC de Michigan. En La Red del 7 de mayo de 2012 (Año 22, número 287) se lee: Syracuse, NY. El 31 de marzo el P. Thomas Williams, L.C., fue invitado para impartir una conferencia durante el congreso Ignite 2012, para señores de la diócesis de Syracuse. La mayor parte del equipo organizador está conformado por miembros del Regnum Christi. Asistieron poco más de mil personas.

5. El P. Thomas Williams siguió ejerciendo la docencia hasta el mes de febrero de este año, en que suspende sus clases abruptamente con los alumnos ya inscritos y listos para comenzar.



Realmente no se le alejó del ministerio o del magisterio, sólo se hizo eso cuando DESDE FUERA se ejerció la presión mediática.

El documento "Sapienta Christiana" afirma:

Art, 26. § 1. Todos los docentes, de cualquier categoría, se deben distinguir siempre por su honestidad de vida, integridad de la doctrina, dedicación al deber, para que así puedan contribuir al cumplimiento del fin propio de una Facultad Eclesiástica.

Y los Estatutos del Ateneo Regina Apostolorum en el art. 16, 2 dicen casi lo mismo y hacen referencia explícitamente a lo dicho en "Sapientia Christiana", añadiendo otro párrafo sobre la comunión con el Magisterio.

Es inconcebible e inaceptable el hecho de que una consagrada del R.C. haya pasado un fin de semana con las nuevas consagradas de Totus Tuus y no le permitan ni siquiera dormir en su centro esa noche. O lo sucedido con el P. Santiago Oriol, al que el Director Territorial de España le prohibió explícitamente entrar al colegio Everest y al centro de apostolado de la Cota tras su salida de la Legión (después de haber sido superior y director del colegio por muchos años). Y que un Legionario haya tenido un hijo (se dice que más) hace ya varios años y le digan que, "poco a poco vaya alejándose del público" teniendo en cuenta los hechos antes mencionados. En el curso de la Congregación para el Clero se dice con claridad que quien tiene un hijo tiene que asumir sus responsabilidades de padre y dejar el ministerio, y si después de un tiempo, por el orden natural de las cosas, satisface sus deberes de padre, puede volver a ejercerlo donde no de escándalo, pero es obvio que no puede mantener a su hijo ni con la congrua ni con dinero de los fieles.

Al final de los párrafos ya citados, de la carta del P. Corcuera, se dice: Tengo sin embargo que admitir con pena que, en medio de todo lo que estaba pasando en la Legión en esos años, no fui suficientemente diligente para imponer restricciones adecuadas y asegurar que éstas se cumplieran.

Y la pregunta clave es ¿Para qué está la autoridad entonces? ¿Cómo sí hacen un gran esfuerzo para controlar a los hermanos religiosos o a los sacerdotes "inquietos" que no piensan de acuerdo al sistema y los tachan de "desintegrados"? ¿Cómo era posible que los rectores de los centros de formación dedicaban ocho horas semanales para revisar la correspondencia electrónica de los súbditos y del equipo de trabajo del centro (incluidos los sacerdotes) pero el Director General de la Legión de Cristo se disculpa de no haber sido suficientemente diligente para imponer restricciones en un caso tan grave?

Dice Corcuera en su carta que las cosas ahora se manejan diversamente.

Esta es otra estrofa de este himno de hipocresía que a coro los tres Superiores Legionarios están entonando.

Los casos entregados a la Congregación Para la Doctrina de la Fe dicen ellos que son 7, sumamos otros 10 entregados hace un mes y otros 14 entregados hace una semana. ¿Cuántos más habrá que sumar?

Don Álvaro Corcuera, Ud., desearía que las cosas fueran diversamente, pero siguen siendo las mismas de siempre. Ud. con sus mentiras, y nosotros los de fuera, diciendo la verdad.

Dice Ud. que hay un Legionario que en este momento está siendo investigado, ¿será acaso el Legionario que en Madrid sigue predicando a las señoras del Regnum Christi? ¿Será acaso el Legionario que en la hora eucarística de hace una semana hizo una exhortación ante el Santísimo Sacramento expuesto para la oración y que se dedicó a desprestigiar a quienes han tenido el valor para desenmascararlo?

Sres. De la Cúpula, ya lo escribió tiempo atrás uno de los suyos, citando una canción que tanto le gustaba a su Fundador, "La Vida Sigue Igual"…

Me gustó, sinceramente se lo digo, que por fin comprenda que todo esto es sobre todo y por encima de todo, por el Bien de la Iglesia y de las Almas.

Habla Ud. al final de su carta de seguir en el camino de Curación, Renovación y Reparación.

Dice que quieren reparar las injusticias del pasado, ojalá sea verdad P. Álvaro, P Luis y P. Náder.

Tengo que reconocer que ha faltado la voz de otros Directores Territoriales, que también deben reparar las injusticias de un pasado demasiado reciente, que sigue ahí presente en el dolor de las víctimas.

Testimonio de Blas

Cordiales saludos a todos, sobre todo a quienes han sufrido una injusticia de este foco sectario dentro de la Iglesia Católica , los Legionarios de Cristo.
Mi nombre es Blas González y estuve de seminarista con los LC en Moncada (Valencia) , durante 3 años , en mis 11 , 12 y 13 años, hoy tengo 36.
Lo único bueno que encontré allí fue que ofrecían y daban la enseñanza académica muy bien, en aquellos tiempos era la EGB.
Esto me sirvió de algo en años posteriores y en la actualidad.
Pero sufrí la injusticia del engaño y manipulación hacia mis familiares y hacia mi como menor o niño. Consiguieron captarme, manipular mi conciencia y mentalidad como menor de edad, hacia sus intereses de hacerme sacerdote dentro de su Congregación y dominios. Le dicen a esto lavado de cerebro , o abuso, acoso y control a la mentalidad de la infancia o adolescencia.
Por esto yo estuve con depresiones o demasiado decaído en el ultimo año que estuve allí y también en años posteriores, por el gran desengaño y por los años perdidos , que deberían haber sido en compañía y convivencia con mis familiares, amigos y conocidos de siempre, y no con esa banda de locos. En esa edad que estuve allí , es cuando un niño forma sus ilusiones, ideales y personalidad , todo esto tan natural me lo corrompieron a mi , como a otros muchos seminaristas.
Lo que denuncio es un abuso mental y emocional , como niño o casi adolescente que era. Hay casos más graves , de esos 3 años que estuve allí , se de dos casos de delito por pederastia y tres casos de menores que se suicidaron al salir de allí. Esto aunque no me ha pasado a mi ,también lo denuncio , por que estuve con ese peligro, cosas tan aberrantes e indeseables.
Esto tan sufrido también afectó a nuestros padres , por las grandes preocupaciones que les provocaron y por alejar a sus hijos del entorno y convivencia familiar, que no deberían haber pasado.
Con todo esto , tanto a los afectados en la infancia como a la asociación de victimas de los LC , podemos seguir compartiendo y aclarando experiencias por si sirve de algo, y sobretodo para hablar el como actuar hoy contra los LC, su disolución , y
contra los delitos hacia la infancia. Mi correo es bgmadrigal@hotmail.com y mi movil el 671 930 225 , pueden llamarme.
Gracias por su atención y hasta pronto.
Blas González

sábado, 16 de junio de 2012

Emilio

A los 21 años hablaba tres lenguas con fluidez. A los 21 años era graduado con mención honorífica en la más prestigiosa universidad del mundo en su especialidad. A los 21 años, ya había acolitado misa al Papa, Juan Pablo II dos veces en la Basílica de S. Pedro del Vaticano. A los 21 años, fui nombrado administrador del Instituto Irlandés, uno de los colegios más prestigiosos de la Ciudad de México, y tenía bajo mi mando a todo un plantel de profesores y el correspondiente personal administrativo. A los 21 años, conducía un Mercedes de lujo y un BMW de gran potencia. A los 21 años lo dejé todo para conseguir lo único que no tenía, la libertad. Desde entonces todo sigue igual , hoy a mis 38 años, soy libre, pero no tengo nada.
Se han editado escritos, y libros denunciando la personalidad doble e insincera de Maciel. Se han relatado hechos no precisamente puntuales de abuso sexual a menores, dentro de la Congregación. Hechos que siempre hay que demostrar, y que ciertamente no son la norma general, y como ex miembro de la Congregación he de dar fe de que a mí eso no se me ha enseñado. Quiero relatar un testimonio, que no es la excepción sino la norma común, un testimonio que no necesita ser demostrado, pues quien firma el escrito da fe de ello, y quiero también hacer ver que para destrozar la vida de una persona no hace falta violarlo por las noches, sino que hay otras maneras más correctas de hacerlo.
Hubo una vez un joven, que a los 14 años, después de haber tenido unas brillantes notas, le permitieron sus padres irse de vacaciones a Ontaneda, allí le dijeron que tenía vocación sacerdotal, cosa que él nunca había considerado. Pero la verdad es que a él le gustaba aquello, se estudiaba poco, y se jugaba mucho, un poco de oración por la mañana, otro poco por la noche, y todo va bien. Hasta que poco a poco las horas de oración se iban incrementando y de repente sin saber como, tenía sobre mis hombros la salvación de muchas almas. Dios quería de mí la generosidad, mi entrega total, al tiempo que los superiores, en un acto de soberbia sin par se convertían a sí mismos en la voluntad de Dios. La frase típica era, aquí todos tienen vocación a no ser que el superior diga lo contrario. Cuando esto sucedía yo tenía 14 años, pero es que yo era de los mayores, pues la edad del Centro Vocacional era de 10 a 14 años.
Mientras tanto a nuestros padres y a nosotros mismos se nos engañaba diciendo que los Legionarios cursaban una carrera civil al tiempo que los estudios propios de un sacerdote, por lo que en principio, si en el futuro decidía dejar los estudios sacerdotales siempre la seguridad de una carrera civil.
Con 15 años inicié el noviciado. El noviciado duró dos horribles y larguísimos años. Para mí siempre era una desgracia que Dios me hubiera llamado a la vocación sacerdotal, pero mis superiores eran la voluntad de Dios y ellos me decían que esa era mi vocación y yo por supuesto no iba a decir “no” a Jesucristo. Pasé dos años encerrado en un centro, salíamos solo para ir de paseo y siempre caminando al campo, evitando la ciudad. El día ordinario comenzaba a las cinco y cuarto de la mañana y se repetía una y otra vez de la misma manera. Mi vida trascurría entre larguísimas oraciones, cantos gregorianos, (que por cierto nos pretendían convencer de que estaban muy de moda) memorizar las Constituciones de la Congregación, y el evangelio de S. Juan, y por supuesto estudiar latín y griego. No había tiempo libre, no había tiempo para ti mismo ni para pensar, todo estaba programado de ante mano. Recuerdo que el tiempo libre más largo que había era de 20 minutos, y te exigían que lo tuvieras programado para aprovecharlo bien. Y todo ello transcurría en el más absoluto silencio, no nos podíamos comunicar con nuestros compañeros. Solamente por la mañana había un tiempo de 10 minutos de “quiete” en el cual podíamos hablar los unos con los otros. También había unos pequeños tiempos de “quiete” tras la comida y la cena.
El aburrimiento y la monotonía era tal, que para nosotros era algo especial, los días en que eran de “primerísima” (fiestas especiales) y desayunábamos en lugar de café con pan y mermelada, unos cereales “Corn Flakes”
Profesé en contra de mi voluntad, le dije repetidas veces a mi superior y director espiritual, el P. Arumí que a mi no me gustaba ese estilo de vida, pero él nunca dio importancia a mis palabras. Aunque lo cierto es que no profesé los votos pues en el momento en sentados en los bancos delanteros de la capilla debíamos emitir los votos al unísono, yo permanecí callado.
A los dos años de noviciado siguieron dos de humanidades. Estos fueron los años más horribles de mi vida, pues siempre he sido una persona muy dotada para las ciencias, y absolutamente negado para las letras. A pesar de mis continuos esfuerzos, no conseguía ni un logro, lo cual me llevó a una profunda y constante depresión, pues yo sabía y mis superiores sabían, que esos estudios, eran una carga imposible de llevar para mí.
Quisiera hacer un comentario acerca de la formación intelectual de los legionarios. En mi año se decidió que los estudios que hacíamos en el Centro se deberían convalidar, para conseguir una titulación oficial, de bachillerato. El nivel de matemáticas que tenían los apostólicos (así se llaman a los que provienen de centros vocacionales) de México era tan bajo, que casi ninguno sabía dividir. Por supuesto hubo que enseñarles a hacer operaciones con fracciones, o números elevados a potencias y otras cosas que para cualquier estudiante de nuestra edad eran obvias. Pero eso sí, se sabían de memoria, las catilinarias de Cicerón en latín, y declamaban en griego las filípicas de Demóstenes. Los resultados, en el instituto Torres Villarroel en el que nos examinamos, fueron tan catastróficos, que nos tuvieron que dar aprobado general en matemáticas, y aún así sólo unos pocos nos quedamos sin tenernos que presentar de nuevo en septiembre a alguna asignatura. Los legionarios de Cristo profesan un desprecio absoluto por las matemáticas, pues te hacen pensar y reflexionar al tiempo que dan una gran importancia a la memorización de textos, y si son en latín o griego mejor. He de jurar que en ocasiones hubiera preferido aprenderme de memoria a guía telefónica antes que esos estúpidos textos que no sabía lo que significaba.
Pues bien, a dos años de humanidades, siguieron dos años de filosofía en Roma. La vida en Roma se me hizo más llevadera que en Salamanca, se comía mejor, todos los días salíamos del Centro para ir a estudiar a la Universidad Gregoriana, la filosofía al contrario que las humanidades se me dio muy bien, y sobretodo empecé ha hablar una nueva lengua, lo cual fue para mi un profundo placer y satisfacción . Escuchar a los padres jesuitas que daban clase de filosofía era una gozada, no a todos naturalmente, pero había auténticos sabios como el P. Enrici. El contacto con el empirismo inglés abrió mi mente a la tolerancia, empecé a cuestionar cosas que para mi antes me eran dadas. Recuerdo una clase con el P. Huber, e la que afirmo que la vocación sacerdotal no era algo obligatorio, sino que era libre de aceptarla o no. Eso para mí fue el principio del fin.
La incomunicación. Es norma de los legionarios no hablar con personas externas a la orden, a no ser por motivos obvios de trabajo. Así por ejemplo si se rompe una tubería habrá que llamar al fontanero y explicárselo, pero la conversación informal esta prohibida. Este principio tenía vigencia también con nuestros compañeros italianos de la gregoriana. Ellos al ver un grupo numeroso de religiosos vestidos de negro, nos preguntaban de donde éramos, donde vivíamos, y otras cosas absolutamente normales entre compañeros de clase. Pueden creer que es cierto lo que les digo, nadie les contestaba, se daban la vuelta y en un acto de pésima educación mis compañeros se iban. Después de unos días, muchos estudiantes venían a hablar conmigo, porque yo si les contestaba, y les decía donde teníamos el colegio, o que yo era español, a lo que contestaban, siempre: Oh! ¡muy bueno Butragueño!, que entonces era llamado “l`avvoltoio”, “el buitre”. Y al final terminábamos hablando del Real Madrid. Y gracias a ello yo conseguí hablar italiano mucho más rápido que los demás.
En Roma estaba bien, me gustaban los estudios, gozábamos de más libertad para organizar nuestro tiempo libre, teníamos habitación el lugar de celda como en Salamanca (una celda es para quien no lo sepa un cubículo, cuyas paredes no llegan hasta el techo, donde en lugar de puerta hay cortina, y todo ello es tan pequeño que con la cama, y queda un metro libre.) Pero había dos cosas que me llegaron a hartar sobremanera, la adoración del superior y el complejo de servilleta rotativa.
La adoración del superior consiste en que este se erige a sí mismo como voluntad de Dios, y así tiene valor sagrado, y hay que estar atento para satisfacer no sólo sus mandatos, sino sus deseos e insinuaciones. De esta manera el superior, se convierte en un verdadero tótem o becerro de oro. Sin haber estudiado teología, me parece no sólo herético sino blasfemo, que un hombre, pueda presentarse ante sus iguales como voz de Dios y de ese modo coarte la voluntad de decisión de sus súbditos, y relegue a nada el espacio sagrado de la libertad de conciencia individual que el concilio Vaticano segundo define como sagrada. Caso aparte merece Maciel, el es el becerro de los becerros de oro, y llama la atención que en una congregación con espiritualidad cristocéntrica, solo se lean y mediten las cartas de Nuestro Padre, y el evangelio quede relegado a un segundo plano. Claro que ellos dicen que las cartas de Nuestro Padre son un evangelio explicado para nosotros.
El complejo de servilleta rotativa. Una servilleta rotativa era lo que teníamos nosotros en el comedor. Allí había unos casilleros donde dejar las servilletas, entonces dada uno debía recordar el sitio donde ponía la suya, pero resultaba que con mucha frecuencia ibas a poner la servilleta en tu casillero pero ya había otra, entonces la ponías en otro casillero, y cuando ibas por ella por lo general la había cogido alguien primero, por lo que sucedía que al final de la semana te limpiabas los morros con al menos dos o tres servilletas distintas. Pues bien yo me sentía así como una de esas servilletas que sin ninguna intimidad debía de pasar de superior en superior para recibir orientaciones. Se nos exigía tener quincenalmente dirección espiritual, orientación académica de estudios, y orientación complementaria, además de todo ello confesión semanal. Entonces resultaba que ibas a la dirección espiritual y te echaba la bronca, pues claro siempre se puede mejorar algo, pero después ibas a orientación académica y te decían que no estudiabas suficiente, después pasabas a orientación complementaria, y ahí otro superior te decía que tenías qu
corregir otro defecto, y si todavía te quedaba algo por corregir, estaba la confesión. Había días que según las leyes del azar, te tocaba pasar por tres sitios de estos, al final del día estabas como un boxeador en el cuadrilátero al cual le han dado por todas partes, y ya no se entera de nada. No es agradable abrir tu intimidad a tantas personas, para que corrijan defectos, porque ellos no te aceptan como te han parido. Y yo me pregunto qué es peor, lo que hacen las prostitutas que venden su cuerpo por dinero, o obligar a las personas a abrirse y compartir su intimidad con quien no te apetece, y cuando no te apetece. Fin de cuentas las putas venden lo físico, nosotros nuestra intimidad espiritual.
Mi vida religiosa era una continua sucesión de crisis vocacionales, un solapaba a la otra, hasta que en mi segundo año en Roma, plantee a mi director espiritual, el hecho que yo veía que ese no era mi camino, el trato de serenarme de darme largas, pero todo era inútil, yo ya tenía claro, a pesar de todos los condicionamientos, que aquello no era lo mío.
Sería inicios del mes de junio del año 87, se suponía que después de los dos años de filosofía la mayoría de nosotros saldría de prácticas, y así fue. De repente se nos citó a todo el grupo a uno de los despachos del tercer piso del colegio antiguo de Roma, nadie sabía para qué, pero como en la caja del supermercado había que hacer cola, y pasábamos al despacho de uno en uno. Mientras esperábamos en silencio yo me preguntaba sobre lo que pasaba ahí dentro. ¡Como corderitos que van al matadero!, canallas sacerdotes que usan de ese modo el voto de obediencia, canalla Maciel que lo ha instaurado. Pasábamos dentro del despacho y la puerta se cerraba tras de si, allí dos de los secretarios de Maciel, te hacía firmar un documento poniendo una hoja en blanco sobre el papel de modo que no vieras lo que firmabas. Lo cierto es que todos, mansos corderitos ellos, lo hicieron, pero yo no, y me fui sin firmar.
Al día siguiente me llamó el superior del centro, el Rector, a su despacho, preguntándome por qué yo no había firmado, y recuerdo que me dijo que debía tener la suficiente confianza en mis superiores como para firmar un papel en blanco y que no sería contra mi interés. A lo que le contesté que el superior debería tener la suficiente confianza en mí como para enseñarme lo que firmo. Y vaya que si me lo enseño, era la petición de visa para ir a México. Entonces me lo enseño y yo firmé.
Mis tres meses en México
Yo no pensaba irme a México, es más llamé a mis padres para que vinieran a visitarme a Roma, con la excusa de despedirme de ellos antes de hacer tan largo viaje, pero el motivo real pero lo cierto es que la idea era venirme a España con ellos. Justo el día antes de la llegada de mis padres, recibí una carta de Maciel, invitándome a ir México, y decidir a la luz de Dios en los ejercicios espirituales que haríamos al llegar lo que yo considerara oportuno. Me pareció razonable y así lo hice.
Viajamos y llegamos a México DF. Allí me llamó la atención la extrema pobreza, y la contaminación. De allí nos llevaron a un rancho en medio de ninguna parte. Esa sería nuestra casa de ejercicios espirituales, y nuestras vacaciones. Como digo en esta casa tuvieron lugar los ejercicios espirituales, entonces decidí dejarlo todo y volver para España, y así se lo hice saber a mi director espiritual. El se sorprendió pues no me conocía, y me dijo que ya me atendería más tarde. Nunca más le volví a ver. Después de los ejercicios permanecimos en aquel rancho durante algunas semanas más, esas fueron nuestras vacaciones, dando paseos por el campo que rodeaba al rancho. Yo me quería ir a España, y me sentía cada vez más angustiado pues no había nadie con quien hablar para decirle que me iba.
De allí nos fuimos cada uno a nuestro destino, mi destino era de ser administrador del colegio Irlandés, y vivía en una casa chalet, cercana a la universidad Anahuac. El rector era el P. Eloy Bedia, un cántabro, que supo atenderme en momentos muy difíciles. El me atendió en dirección espiritual todas las veces que se lo pedí, y a pesar de que no me conocía de nada, siempre tuvo caridad y comprensión conmigo. Dado que ya había tomado la decisión de venirme a España, me sugirió que hablara antes con el P. Acevedo, entonces director territorial de América, para buscar en él también consejo. Yo me quería ir, y mi complejo de servilleta rotativa se incrementó. No pude hablar con el P. Acevedo, sólo con su secretario, y me dijo que acababa de salir para Estados unidos y que no volvería hasta dentro de 3 meses. En aquella situación, para mi eso era muy largo, larguísimo.
Casualmente, tuve un dolor de muelas y fui al dentista, dado que no conocía a ningún dentista en México, pregunté donde había un buen dentista, y me indicaron uno al cual solían ir los legionarios. Fui, y el lector se sorprenderá de quien estaba allí, precisamente el P. Acevedo que teóricamente estaba en Estados Unidos, por lo cual deduje inmediatamente que ese señor debía de ser o bien, un santo en vida con el don de la bilocación , o bien un sin vergüenza y un mentiroso.
Una anécdota
Recuerdo en las pocas semanas en que estuve de administrador en el Colegio Irlandés, que había una persona un hombre, cuyo nombre no recuero, que era el encargado del material audiovisual, y me enteré por el antiguo administrador del colegio, . P. Ortega. Que le querían despedir. Yo pregunté por qué, pensé que a lo mejor robaba material, o no era eficiente en su trabajo o algo así. Pero que va todo lo contrario, era una persona que destacaba por su eficiencia, y el material audiovisual que había siempre estaba en perfecto estado. Yo me sorprendí tremendamente, pues era una persona a quien conocía y había sido muy atento conmigo. El motivo era que estaba divorciado, y que además ahora le traía por las mañanas al colegio su novia, lo cual era un mal ejemplo para los niños. Pero es que después me enteré que más de la mitad de los padres que llevaban los niños a ese colegio, estaban divorciados. Esto muestra una vez más la moral hipócrita, farisea y doble de los legionarios de Cristo, que se meten en la vida privada de sus trabajadores, y los expulsan del trabajo, al tiempo que no preguntan a los padres que van a inscribir a su niño al colegio, si están divorciados a no.
Una familia rota
Yo estuve con los legionarios desde los 14 a los 21 años, son siete años, pero muy decisivos en la formación de la personalidad, ellos habían sido mi familia y formadores, durante ese tiempo, y con todas las luces y sombras yo estaba agradecido a la formación que se me había dado. El hecho que no quiera ser sacerdote no signifique que deje de ser cristiano, y en cuanto pude contacté con el P. Florencio en Madrid con la intención de integrarme en el Regnun Christi, ya no quisieron saber nada de mí.
Entonces me fui a vivir a Asturias donde vivían mis padres, lejos de los Legionarios pues allí no tenían sede. Pero da la casualidad de que tengo un hermano menor que entró en el Noviciado unos días antes de que yo abandonara la Congregación, mis padres fueron muy respetuosos, e igual que aceptaron mi decisión de dejar la vida religiosa comprendían que otro de sus hijos pudiera tener vocación. Pero mi familia era una sombra de lo que era, la tristeza la amargura y la desilusión lo envolvía todo . Mis padres habían tenido tres hijos, el primero de ellos fui yo, dos años más tarde vino mi hermana, y tres años después mi hermano. Cuando yo fui no había nadie en casa, mi hermana se había consagrado a Dios en el Opus Dei, como numeraria, y me hermano acababa de entrar en el noviciado de los Legionarios de Cristo. Mis padres, personas sencillas en la fe, aceptaban con resignación la vocación de sus hijos, pero el hecho es que la tristeza y la desilusión pesaba como una losa en el ambiente.
Durante cuatro años fuimos a visitar a mi hermano a Salamanca cuando se nos permitía, para ser sincero y preciso nunca ningún sacerdote o miembro de la Congregación, fue a saludar a mi familia.
Los Legionarios de Cristo, que con tanta escrupulosidad hacen cumplir las reglas a sus religiosos tienen una manga ancha anchísima, a la hora de cumplir ellos mismos con el derecho canónico. Admitieron a mi hermano en la Congregación aún a sabiendas que era el único hijo que quedaba en casa, y eso lo prohíbe el derecho canónico pues siempre debe quedar algún hijo con los padres, lo primero porque es inhumano y lo segundo para atenderlos cuando sean mayores.
Cuando llegué a casa me enteré que mi padre había tenido un infarto al corazón dos meses después de que yo me fuera a Ontaneda. En Asturias, yo tuve que cursar COU, pues los estudios eclesiásticos no me servían de nada, y después me fui a cursar ingeniería industrial superior en Gijón, cosa que siempre había deseado. Me metí en el sitio equivocado pues al menos en aquellos años no había manera humana de aprobar, yo ya era mayor así que después de tres años lo dejé. El disgusto en mi casa fue enorme, y mi casa desde hacía tiempo había pasado de ser un hogar a ser una casa fúnebre, y mi madre falleció a los seis meses con 55 años, y mi padre murió de pena un año más tarde.
Mi vida en soledad
Mis padres fallecieron uno detrás de otro con un año y medio de diferencia, la muerte de mi padre fue muy larga triste y dolorosa, nunca permitieron a mi hermano venir a visitarle. Si estuvo mi hermana, y estuve yo. Con el fallecimiento de mi madre me trasladé a Madrid junto con mi padre, y terminé mis estudios de filosofía en el único sitio donde podía hacerlo, en la universidad de Comillas en Madrid, que pertenece a los Jesuitas al igual que la Gregoriana de Roma. Mientras terminaba mis estudios, conocí a una persona de quien el destino me ha separado, de quien guardo un grato recuerdo, el Profesor García Fajardo, entre otras cosas profesor de historia del pensamiento en la facultad de periodismo de la Complutense, y fundador de la ONG Solidarios para el desarrollo. El se mostró conmigo amable cercano y comprensivo, lo tuve como amigo el tiempo que el destino quiso que estuviéramos juntos. En esta etapa de mi vida colaboré con Solidarios en varios servicios. Visité semanalmente a los internos de la cárcel de Segovia, colaboré en la reinserción social de ex prostitutas, ex toxicómanas. Y colaboré a llevar café caliente, conversación variada y como no una sonrisa a los llamados transeúntes, que son gente que vive desamparada y en la calle, y nos juntábamos todos en la estación de atocha p
ra vernos y charlar. Del profesor Fajardo aprendí la sensibilidad social, nunca me lo habían enseñado en los Legionarios, (en la Legión de Cristo se asocia sensibilidad social a teología de la liberación y es rechazado) otra cosa que me gustó de “Solidarios para el desarrollo” fue allí te aceptaban tal y como tu eras con tus defectos y virtudes y no tenías que cambiar. A ellos les gustaba como yo era, y me aceptaban así.
Mi etapa Inglesa
Dado que no tenía trabajo en España mis escasos ahorros se acabaron, y me vi forzado a emigrar a Inglaterra, y como James Bond, me puse al servicio de su Majestad. Después de comprar el billete de avión y de pagar a la agencia que me consiguió el trabajo me quedaron 35.000 pts. Ese era todo mi capital, algo más de 100 libras esterlinas.
Trabajé, mi primer trabajo fue en un hotel situado en el campo, en el condado de Surrey, cercano a Londres, empecé siendo camarero y lavando platos, ni inglés era muy precario, a pesar de los largos años dedicados a su estudio en España. La primera sensación que tuve allí era de aislamiento no conocía a nadie, sólo al personal del hotel y eran todos ingleses, por lo cual no se rebajaban a hablar conmigo. Recuerdo que me sacaron con ellos al pub, éramos tres, el manager del hotel, un amigo suyo y yo, me invitaron a una partida de billar, y claro ellos se creían que como yo no hablaba ingles era idiota, les gané a los dos. Aquella fue la primera y la última vez que me invitaron a salir.
Por fortuna conocí una academia en donde impartían “training teaching lessons” por lo que eran gratis para los estudiantes. Así conocí a gente de otras nacionalidades, especialmente húngaros, que fueron muy amables conmigo, y con ellos pude dar mis primeros pasos en inglés. Más tarde conocí también a españoles y como no españolas, y formamos un grupo muy agradable, a quienes nos gustaba quedar en nuestros escasos tiempos libres, para tomar unas cervezas y charlar un poco.
Cambiando de aires
Decidí cambiar de hotel, porque en este me pagaban poco para el trabajo que hacía, y yo sin saberlo me metí en otro peor. Allí visité la antesala del infierno, y esto no es una licencia poética, allí visité físicamente la antesala la antesala del infierno, si por infierno entendemos como dice Dante, aquel lugar donde el que entra pierde toda esperanza de salir.
Trabajé en el Pub de un hotel, aquel lugar era el punto de reunión, de todos los drogadictos de la zona. No voy a mencionar las drogas que corrían, pero allí los sábados por la tarde salían las sillas volando, se abrían la puertas a patadas, y se consumían cantidades bestiales de alcohol.
En la “staff house” (así se llama el edificio donde vive el personal de los hoteles) circulaba de todo, el hachis lo más flojo, speed, pastillas con todos los dibujitos, la coca por supuesto, y el crak. Yo he visto a gente encantadora y muy joven meterse en el crak.
Así pasé yo los ultimo meses del año 1999. Una de las cosas bonitas de Inglaterra son sus ríos, y sus paseos a lo largo de los ríos, no importa donde vayas, allí siempre hay un río, y siempre hay un paseo junto al río. El hotel donde yo trabajaba estaba junto al Támesis, y aprovechaba mi tiempo libre para darme largos paseos, y relajarme. En ese ambiente, sentí la necesidad de visitar una Iglesia, hacía años que no entraba en ninguna, me daban alergia, (un poco como a Mike Rourky en El corazón del Ángel), y de veras que no encontraba ninguna, pues todas las iglesias eran protestantes, pues ya que iba a la iglesia me apetecía que fuera católica.
Yo creo que pasaron tres semanas hasta que encontré una Iglesia Católica en el pueblo de al lado, que estaba a uno 1
Kms de distancia, por el camino del río por su
uesto, en aquellos momentos había perdido la fe, para mi la Iglesia era la casa del mentiroso.
“The pub at the ship”
Este era el nombre donde yo trabajaba, el pub del barco, pero muchos le decían “the pub at the shit” porque era donde se juntaba la peor gente. De todos modos yo hice mi grupo de amigos, muchos de ellos me contaban su vida entera entre copa y copa, o simplemente cómo les había ido el día. Allí aprendí mucho inglés y yo llevaba el bar a mi manera, hablando con los clientes y siendo amable con ellos, no distantes y fríos como lo son los ingleses, de tal modo había gente que venía a hablar conmigo y le decían “Emilio´s pub”. Las envidias roían y corroían al manager del hotel pues no podía soportar que un español se destacara entre el resto de camareros que eran ingleses, y empezó a hacerme la vida imposible.
Nochevieja el año 1999.
Todos recordamos lo especial que era la nochevieja de 1999, fin de año, fin de siglo, fin de milenio. Se pagaban hasta 70 libras por hora de trabajo en los pub, a mi me iban a pagar 3,50 libras por hora, menos de lo que me costaba un paquete de tabaco. Yo no quería trabajar la noche de fin de año, y mucho menos por ese dinero así que les dije: “What if I am sick” y la respuesta fue la siguiente. “If you are sick, you´ll be sack.” Trabajé aquella noche, además me prometí a mi mismo que me lo iba a pasar bien, y valla que si lo hice. Aquella noche, cada vez que venía una clienta, la saludaba con tres besos, el primero con “happy new year” el segundo con “happy century” y el tercero con “happy millenium”. Mi compañero de trabajo que era inglés le comento al manager lo que estaba pasando y el preguntó si yo estaba borracho, a lo que el respondió que no, que eso era lo sorprendente que estaba sobrio.
En España, que un camarero bese a una cliente en un Pub, es algo normal, si se conocen son amigos o simplemente quieren hacerlo. En Inglaterra, aún hoy, la distancia entre el cliente y el camarero a inmensa, pero si además tienes como manager a un viejo caracamal con mala leche, la distancia es abisal, y el cabreo monumental. Desde aquel día, estuvo esperando la oportunidad para despedirme, y al final lo logró.
El despido
Me despidió por beberme mientras trabajaba, un vaso de coca cola asquerosa de grifo, y no pagarla, constaba 1,05 libras.. Todo el mundo tomaba coca cola de grifo gratis y nadie le decía nada. Yo le dije que no podía pagarla porque una de las normas del Pub es que los camareros no pueden llevar dinero, pero que se la pagaba ahora El tío montó en cólera y me despidió dándome 8 días para abandonar la habitación del hotel.
No tenía dinero, nada de dinero, y tenía que buscar habitación, pagarla por adelantado, pagar la fianza, Tenía que buscar trabajo, sabiendo que en el trabajo, me iban a pagar, al final de los primeros quince días. Además tenía que comer 15 días ante de cobrar algo. Era febrero, y las noches e Inglaterra en febrero son muy frías, y me veía durmiendo en la calle. La sensación no se la recomiendo a nadie, al final salí adelante.
Miguel
Me fui a vivir a una localidad cercana, Guildford, un sitio bonito, bien comunicado con Londres y con universidad, lo que me garantizaba la abundante presencia gente joven lo cual siempre es interesante. Poco a poco me fui integrando, conociendo gente y viviendo historias, de todas ellas la más interesante es la de Miguel.
Miguel es un tío genial, entrañable y noble, pero tiene un defecto tiene una tara mental. Miguel es como un piano al cual le suenan bien todas las teclas, pero una o dos teclas están desafinadas. Muy inteligente en algunas situaciones, y torpe en otras. Magnífico comunicador, y de todas las personas que conocí en esta ciudad, hablaba con un vocabulario muy rico y con propiedad. Gran trabajador, su trabajo preferido es lavar platos, y el es fuerte como el acero, no se cansa nunca y puede terminar de trabajar en un sitio e irse a otro, yo le conocí trabajando en tres sitios diferentes al mismo tiempo.
No hablaba más que cuatro palabras de inglés, y dos de italiano, y se entendía con ellos mejor que lo que lo hacía yo mismo. En todos los sitios trabajaba, y de todos los sitios se iba.
Sin saber inglés, sabía los nombres de los dueños de las discotecas, y no sólo sino que estos le saludaban por la calle. Conocía a sus hijos e hijas, donde pasaban las vacaciones y cuantos coches tenían. Recuerdo una vez, en una discoteca, que Miguel se puso a hablar con el dueño de la discoteca, y nos sacó bebidas gratis para todos.
Pues bien, Miguel tenía un defecto, su defecto es que no sabía decir que nó, y muchos canallas españoles se aprovechaban de él y le pedían dinero, generalmente con la excusa de pagar la habitación. Una chica le sacó dinero para un vestido largo de nochevieja que ella no se podía comprar, otro le sacaba dinero para música, y cosas así. Lo que ellos no sabían es que ese dinero que el entregaba era el que él tenía para pagar su habitación, y yo se que varias veces le han dado hamburguesas en Mc Donalds porque no tenía ni para comer. Hasta que un día se quedó en la calle, sin habitación y sin trabajo. Cuando le vi, tenía las uñas de las manos completamente comidas por el stress que estaba sufriendo Yo recordé mis momentos cuando estuve a punto de quedarme a dormir en la calle . En aquellos momentos yo trabajaba en una Coffee Shop, y al final del día nos podíamos llevar lo bocadillos que sobraran y yo se los daba a él para que comiera . También le dije que podía quedarse a dormir en mi habitación un día a la semana, pues había muchos españoles y podía otros días a casa de otros.
En esos días un español llamado Paco, organizó una fiesta en nuestra casa pues vivíamos juntos, a esa fiesta acudió mucha gente, entre ellos Miguel. Al día siguiente faltaban unos CD´s y me llamo para decir que faltaban eso CD´s. Yo le dije que yo no los tenía y que yo no sabía nada, y acusó a Miguel.
Con muy buen tono, le dije: Mira yo conozco a Miguel, y Miguel no coge nada de nadie, sino lo contrario se lo quitan a él. Este Paco, empezó a hacer comentarios racistas de Miguel, que si era subnormal, que ha cogido los CD´s para venderlos porque no tiene dinero. Aún así le dije, en tono sereno: Mira a Miguel le abandonó su madre cuando sólo tenía dos años, y se ha criado en un orfanato, si a ti te hubieran hecho lo mismo, me hubiera gustado ver como estabas. A este punto, Paco me dijo que esas cosas no le daban pena, y que no quería ver a Miguel por casa porque le avergonzaba delante de sus amigos.
Me fui a la habitación, cogí el móvil, y le llamé.

Oye Miguel que pasa esto, y dice Paco que tu los has cogido.
– Yo no los tengo, me dijo.
– Eso ya lo sé le conte
té pero quiero que lo sepas, porque en estos casos el último que se entera es uno mismo. Así colgamos el teléfono.
A los diez minutos me suena el móvil, era Miguel, me dice: Alex tiene los CD´s. Alex era un amigo de Paco, que se llevo esos CD´s sin pensarlo dos veces, solo para escuchar la música otra ver, y por supuesto con la intención de devolverlos. Me dice Miguel: dile a Paco de mi parte, que para otra vez que le falte algo, que lo busque igual que he hecho yo, y que no acuse a nadie.
Aquella casa era grande, y convivíamos muchas personas, hasta 11 en ocasiones. Nos solíamos pasar recados para la normal convivencia de la casa, pegando una hoja en el frigorífico con un imán. Yo le puse a Paco una nota, y no voy a poner el texto aquí aunque lo recuerdo de memoria, aunque reconozco que me pasé. Cuando leyó la nota Paco salió de sus casillas, me dijo que dormíamos juntos porque nos dábamos por el culo, y otras lindeces parecidas, así que nos pegamos. Y a partir de ese día Miguel vino a dormir todos los días a mi habitación.
Este Paco no paró ahí sino que en su odio y mala leche fue a hablar con el casero para decirle que había dos personas durmiendo en la habitación, el casero fue a hablar conmigo, y me puso en la alternativa de echarle a el o irnos los dos. Por fortuna en este tiempo, nos había dado tiempo a encontrar trabajo para él en un restaurante italiano, en el cual le ofrecían también habitación. Pero este Paco, insistió en hacer daño, y puso a buena parte de la comunidad española en contra mía, y yo me preguntaba como es posible que la gente se deje manejar tan fácilmente y sobre todo con tan mala idea.
Una amiga mía, conocedora de los hechos, me dijo que yo hacía cosas diferentes a los demás, a mi sin embargo ni me parecía entonces, ni me parece hoy, un heroísmo ofrecer tu habitación a un chaval a quien conoces y que sabes que se va a quedar a dormir en la puta calle.
Periodo de sensibilidad espiritual
Mi depresión seguía ahí presente, y mis añoranzas también. En aquella fue una época de tremenda soledad espiritual, y de perdida de fe, para mi la Iglesia era y seguía siendo la casa del mentiroso. El incidente de Miguel me hizo reflexionar, me di cuenta que se me estaba discriminado y la gente se burlaba de mi por tener sentimiento humanos. En aquella época, empecé a frecuentar la Iglesia los domingos. A la parroquia donde yo iba había un sacerdote que conectaba muy bien con la gente y la iglesia siempre estaba llena. Me gustaba además el espíritu de unión y de familia entre los feligreses, seguramente debido a que allí los católicos estamos en minoría, por ello se siente más la cercanía afectiva. Me interesaban sobremanera los documentales sobre temas religiosos, sobre la vida de Cristo y cosas así. En aquel tiempo yo tenía un sentimiento intenso, de hacer el bien a los demás, no me preocupaba si la gente iba o no iba a misa, pues eso me parece secundario, sino que lo que a mi me preocupaba era la justicia social. Además en ese momento yo tenía una intuición, y es que Dios tenía planes para mi vida. El lector podrá pensar que quien escribe esto es cuanto menos un iluso un engreído. Pero no lo es tanto, ya que a mi siempre se me enseño que Dios tenía planes para la vida de las personas, y que correspondía a cada uno descubrirlos.
Viaje a España por Navidades
Por aquel tiempo decidí venir a pasar las navidades a España, con la familia. Me comunicaron que mi hermano, que había estado tanto tiempo en México ahora estaba en España, en concreto en Ontaneda así que le visité. A parte de la cordialidad del encuentro, le dije que quisiera tener dirección espiritual con un sacerdote legionario, él lo consultó con el entonces director territorial para España el P. Guerra, y me dijo que eso no era posible.
Mentiras y más mentiras
Mas tarde, en la semana santa de ese mismo año, se vendió una propiedad familiar de la que teníamos parte los tres hermanos, mi hermano no fue personalmente pero mando un apoderado, un seglar ex legionario llamado Fernando Mazaranbrós. Sin que yo le dijera nada, y de modo espontáneo, el me dijo que yo podía trabajar en la Universidad (lógicamente la Francisco de Victoria) y que yo sólo tenía que llamar a la puerta. Yo le dije que quería hablar con el P. Ignacio Oriol, en dirección espiritual, a quien conocía muy bien por haber vivido años juntos y tener experiencias comunes. Además yo entendía que esa era la respuesta a mi petición de navidades. Escribí al P. Ignacio, nos intercambiamos unas cartas y quedamos en vernos en Madrid. Hice un viaje desde Londres a Madrid sólo para ver y tener dirección espiritual con el P. Ignacio. Mi pregunta ese día fue, quiero saber cuales son los planes de Dios sobre mi vida, y quiero hablar de ello con un sacerdote legionario, pues los legionarios son los sacerdotes que Dios ha puesto en mi camino. El P. Ignacio me invitó a ir a un país sudamericano que ahora no recuerdo, para colaborar en una acción social con gente de la universidad Francisco Victoria para irme integrando así poco a poco, e ir conociendo a los directores de la universidad. Pero más tarde se confirmó que no había sitio para mi en el avión. Entonces el P. Ignacio me dijo que debía ir a América colaborar en una acción social con IUVE (IUVE es una ONG, dependiente de los legionarios) Nunca más volvía a saber nada de ese viaje.
Mi apuesta
Todo esto ocurrió a lo largo del verano, del año 2001. En octubre comencé a dar mis clases de idiomas en Reino Unido, esperando una respuesta de alguien. Nunca la tuve. Interiormente, seguía teniendo sentimientos intensos que me decían que mi sitio no estaba ahí, dando clases de idiomas, sino que yo debía hacer algo más interesante y productivo con mi vida, necesitaba hablar con alguien para aclarar mis ideas, mi afán era hablar con un sacerdote, así que me la ju
ué. Escribí una carta al
P. Ignacio, anunciándole mi intención de tener una serie de direcciones espirituales para averiguar si Dios quería algo especial de mí. Cogí el coche me vine para España, dejando mi habitación pagada por tres meses, por si necesitaba volver. Resulta que cuando vine a España, el P. Ignacio ya no estaba en Madrid, sino en paradero desconocido, y nadie absolutamente nadie me atendió en dirección espiritual.
Mi final estancia en España
Aunque tenía mi habitación pagada en Inglaterra durante tres meses una serie de circunstancias, imprevisibles para mi, hicieron que me quedara en España por mas tiempo. Escribí varias cartas al actual director territorial, en España, P. Deomar de Guedes mostrando mi asombro, perplejidad, disgusto, mal humor, pues resulta que cuando estaba dentro de la congregación, y no me hacía falta me atendían en dirección espiritual, y orientaciones varias veces a la semana, ahora, nunca. Además le hice notar que se han llevado de mi casa a mi hermano, junto con su herencia, una cantidad importante de dinero para una familia normal, dinero que mis padres dejaros para que sus hijos salieran adelante, no para que se lo llevaran los Legionarios de Cristo, que al final se lo han llevado sin figurar en el testamento.
El me contestó, lamentando mucho todo lo ocurrido, sintiendo los malentendidos ocurridos, y me dio el nombre del P. Navarro Casillas, para atenderme alguien a quien yo conocía de mi estancia en Ontaneda. Desde que llegue a España hasta que me atendieron de dirección espiritual paso cerca de un año y medio.
La primera dirección espiritual
En esta dirección espiritual, después de los saludos de rigor, manifesté mi deseo de pertenecer al Regnun Christi, movimiento de apostolado de los Legionarios. Llevaba mucho tiempo viviendo el cristianismo por mi cuenta, en un país tan poco religioso como Inglaterra, era asiduo a la misa a la oración, siempre he tratado de hacer el bien a las personas con quien me he encontrado, creo que reúno requisitos de sobra para pertenecer a cualquier movimiento de apostolado. Se me dio la negativa por respuesta. No voy a decir que me sorprendió, pues ya no me sorprende nada, lo cierto es que las mismas personas que afirmaban que yo tenía vocación sacerdotal, me dicen ahora que no tengo ni vocación cristiana.
Segunda dirección espiritual
Seis meses después se celebró esta segunda dirección espiritual, a petición mía, en ella le hice ver al P. Navarro de la responsabilidad moral, que conlleva decir a niños de 14 años a quienes no conocen de nada, que tienen vocación sacerdotal, y comprometerles así en su conciencia. Al tiempo que se les obliga a seguir un plan de estudios, que después no tiene salidas profesionales. Además le hice ver que mintieron y siguen mintiendo pues para que las familias dejen ir a los niños a sus seminarios se les dice que el sacerdote legionarios cursa dos carreras la civil y la eclesiástica, de este modo las familias se quedan tranquilas pues piensan que al menos si un hijo en el futuro decide cambiar de vida es libre de hacerlo al tener una seguridad. Contra mi sorpresa el asintió y me confirmó que es así, que el sacerdote legionario cursa dos carreras pero que la civil no la ejerce, lo cual es mentir sobre la evidencia. También le dije que la Legión de Cristo debía de estar agradecida a mi familia, pues le había dado dos hijos suyos, siendo muy pequeños, y que uno de ellos estaba a punto de ordenarse sacerdote. El se rió, y a carcajada batida dijo Si, si, nosotros estamos muy agradecidos a tu familia y a tu madre, y continuó riéndose, ja, ja ja. Pues bien P. Navarro, esta risa se la va a tragar usted entera, y ya de digo desde ahora que no voy a ahorrar esfuerzo en denunciar los abusos, prácticas ilegales y anticristianas que con la excusa del Reino de Cristo, esta Congregación lleva a cabo.
Opinión personal sobre los Legionarios de Cristo
Recuerdo una vez paseando con Maciel por un pinar cercano a Roma, que alguien le preguntó: Nuestro Padre (así es como se le llama dentro de la Legión) si usted no hubiera sido sacerdote, ¿a qué se hubiera dedicado%3F. Su respuesta me sorprendió en aquel momento, pero no hoy. La respuesta que yo esperaba era: Yo hubiera sido médico para salvar vidas, o un político honesto para hacer leyes justas, o abogado para apoyar causas justas, en fin muchas profesiones en la que prima el acento social, la entrega a los demás, hacer de algún modo el bien, pues en definitiva eso es ser sacerdote. Pues no la respuesta fue la siguiente: Yo hubiera sido empresario.
Ser empresario es una actividad igual de digna que cualquier otra, pero sorprende que una persona que es sacerdote ponga como alternativa al sacerdocio el ser empresario. Una profesión que por definición implica connotaciones egoístas, se busca el beneficio económico, no se mira la moralidad de los medios para conseguir los fines, incluso se llega a explotar al trabajador para maximizar el beneficio
Esta es precisamente la clave para entender a Los legionarios de Cristo. Son una congregación religiosa , dirigida con criterios empresariales. Donde lo único que importa es la extensión del Reino de Cristo, entendido como ellos lo entienden, es decir el reino de los Legionarios de Cristo, y para ello utilizan los medios que sean necesarios, sin reparar en el daño que se hace a personas y familias enteras porque todo está justificado por el Reino de Cristo. Incluido la captación de menores de edad en Centros Vocacionales (que va contra el derecho canónico de la Iglesia) . La separación de hermanos pequeños, y de sus familias. Y la erradicación de estos para no volver a ver más a sus familias al más puro estilo nazi.
Ellos son una Congregación religiosa dirigida con criterios empresariales. De tal manera que utilizan a las personas como si fueran objetos, mientras que les sirven, después lo desechan, y no les importa ni la justicia ni la caridad.
Para hablar de los Legionarios de Cristo hay que distinguir entre, por un lado las personas que la componen, y por el otro lado el ámbito relativo a la Congregación religiosa, los líderes que la dirigen, y sus criterios de comportamiento.
Las personas que la componen son absolutamente admirables, la mayoría de ellos, dedicados a la observancia estricta y detallada de las virtudes cristianas, en especial la virtud de la caridad. Se entregan a largas oraciones, y llevan una vida de muchas limitaciones económicas.
Por otro lado los hombres elegidos para el gobierno, se constituyen a sí mismos en voluntad de Dios, ellos se hacen adorar, y gozan de todos los privilegios, de este modo someten a los súbditos, con una multitud de reglas y normas que se extienden a todos los aspectos de la vida. Desde como partir la fruta en la mesa, a la velocidad en carretera, o como dejar la taza del báter después de usarlo. Una de las responsabilidades del superior es integrar a los religiosos, en el modo de ser propio de La Legión de Cristo y consiste en eliminar tu propia personalidad e idiosincrasia, para integrarte en el modo de ser legionario . El resultado es un ejército de autómatas, en el cual, todos dice, sienten y piensan lo mismo, y por su puesto, se visten del mismo modo.
Trabajo con la élites
Pertenece a la esencia del espíritu de los legionarios, el trabajar con las élites. Ellos tratan de evitar dar una imagen clasista diciendo que realizan también acción social, creando colegios para personas desfavorecidas, y cosas parecidas lo cual está muy bien, pero no es mas que una propaganda o estrategia de imagen pues no destinan el mismo número de sacerdotes y de atenciones al Colegio Irlandés que a Mano Amiga. De todos modos a mi me parece en principio una idea brillante, captar a la élites para desde allí promover acciones de justicia, equidad, reparto social, solidaridad etc. Lo que ocurre de hecho es que se utilizan a estas personas captadas no para ejerzan su influencia social, sino para buscar sus aportaciones económicas, o usarles como contacto para pedir favores para el Reino de Cristo, o mejor dicho el reino de los Legionarios de Cristo, pues el Reino de Cristo no necesita de tratos de favor de nadie. Su éxito entre las élites está precisamente en que con su presencia, apoyan y legitiman al poder, y sus acciones, corruptas y deplorables. Lo cual históricamente no es nuevo.
La justicia social, es asociada a la teología de la liberación y criticada de este modo. Los legionarios de Cristo no son la congregación que denuncia y critica las injusticias sociales, sino que es la congregación del Status Quo, de dejar las cosas como están. Ellos reducen la vida cristiana al ámbito familiar, y a su vez a la esfera sexual, y hacen cargar a los demás con cargas que ellos no llevan. Pero esta conciencia escrupulosa para determinados temas morales, en la que son efectivamente voz del Papa.
El cuidado de la imagen
Son grandes especialistas en el tema de la imagen, desde el punto de vista de la Congregación, la sólida formación espiritual de sus miembros, la adhesión incondicional al Papa, no son mas que aspectos convenientes de la imagen que convienen difundir. Si después la congregación se despreocupa de los miembros que pertenecieron a ella, faltando así a la justicia y a la caridad no importa, si después la congregación va contra las enseñanzas del Papa, y capta a menores de edad, no importa porque eso es bueno para la Congregación, si finalmente, no se fomenta la unidad familiar de la que habla el Papa, y no permiten a sus miembros visitar a sus familiares (en mi caso la última vez que mi hermano estuvo en casa fue cuando murió su padre, y de esto hace ya 15 años). Tampoco importa. Esta imagen, ellos ligados al Papa, largas y fervorosas misas, extensas y frecuentes adoraciones eucarísticas, los cantos gregorianos y bellos discursos sobre temas espirituales. Esto es lo que encandila a muchos obispos y cardenales, que asumen que de la intensidad y fervor espirituales brotan las buenas obras y confían en ellos. Además de este modo encubren las injusticias y deslealtades que cometen.
El afán vocacional
Nada hay desinteresado en esa Congregación. Toda la estructura de los apostolados, toda decisión tomada, está diseñada para la obtención de vocaciones o de dinero. Los colegios de enseñanza son fundamentalmente semilleros vocacionales, y se exige a las personas a su cargo, la búsqueda de estas vocaciones. Estas vocaciones pueden ser religiosas o para el Regum Christi. Ellos no tienen colegios por que tienen la vocación de enseñar al que no sabe, como otras congregaciones muy dignas ellas. Los legionarios tienen colegios porque son un medio útil, (es decir reporta dinero y buenos contactos) para extender el Reino de Cristo.
Acusaciones de paidofilia y violación de menores, drogadicción de Maciel
Recientemente se han publicado libros como “Los documentos secretos de los Legionarios de Cristo”, ( José Martínez. Ediciones B) o “El Legionario” (Alejandro Espinosa, Grijalbo) En ellos se afirma, entre otras muchas cosas, que Maciel tuvo su etapa de adicción a la morfina, además de haber mantenido relaciones sexuales con religiosos, algunos de ellos siendo aún menores. Además se habla de la compra en dinero o especie de cardenales de la Curia Romana. Mi testimonio es que en mis siete años en La Legión de Cristo no he visto nada de eso. Ahora que si no se abre una investigación, con todas las garantías de credibilidad, voy a creer el testimonio de Alejandro Espinosa, contra quien no han podido ni siquiera plantear querella.
En estos libros se menciona también violación de menores en el Centro Vocacional de Ontaneda, y no sólo en este centro, también en otros. Otra vez lo mismo, no se pueden denunciar estos hechos sin que la Iglesia abra investigación. Mi opinión personal, es que leyendo las narraciones, y teniendo en cuenta los detalles con que han sido escritas estoy interiormente convencido, de que estos hechos son verídicos y se han dado y han ocurrido. Además examinando los detalles relatados, da la impresión de que desde la Dirección General se pone a trabajar con menores a religiosos con inclinaciones paidófilas.
NOTA
Por cierto me refiero al superior general de los legionarios de Cristo con el nombre de Maciel, sin anteponer la palabra respetuosa Padre, pues como demuestra el autor del libro “El Legionario”no consta que su ordenación sacerdotal fuera válida, ni licita al no haber cursado los estudios teológicos requeridos para ser sacerdote. Y además años más tarde fue suspendido “a divinis” por el mismo obispo que le ordenó.

Testimonios

P.Peter Cronnin

“ Soy un sacerdote católico, pastor de la Iglesia de San Miguel Arcángel, una gran parroquia en Silver Spring MD, justo a las afueras de Washington DC. La pasada semana estaba en Irlanda para una boda y escuché algunos comentarios en su programa de radio concernientes a la Legión de Cristo. Eso captó mi atención pues pasé un largo período de tiempo en la orden, desde 1965 hasta 1985.
En 1965 a la tierna edad de 16 acabé el Leaving Certificate en Drimnagh Castle y, con unos 20 más, ingresé en los Legionarios que estaban entonces en Belgard Castle en Clondalkin.
Las pruebas del postulantado eran en los meses de verano después de los cuales entrábamos en el noviciado (dos años) y entonces tomábamos nuestros votos religiosos. Yo fui enviado a Salamanca en España para un año de estudio de los clásicos y de español y desde allí a Roma para estudios de filosofía. Después de tres años en Roma fui asignado al Instituto Irlandés, un colegio Legionario en México, donde trabajé de 1971 a 1975. Entonces regresé a Roma y estudié teología los siguientes tres años. En 1979 fui asignado al noviciado de Connecticut donde continué trabajando en el noviciado hasta el verano de 1985 cuando dejé los Legionarios de Cristo. Ahora soy un sacerdote de la Archidiócesis de Washington.
La cuestión central de la discusión que escuché en su programa parecía ser si la Legión era una orden religiosa en el sentido normal de la palabra o una secta. Por mi propia experiencia la orden combina elementos de ambas realidades. Es una orden extremadamente conservadora que ha tomado el modelo del programa de formación para sus estudiantes en los primeros jesuitas y mucho de su apostolado es copiado del Opus Dei. Tiene una Constitución y Reglas, apostolados específicos y actividades como tiene cualquier otra orden.
Al mismo tiempo la Legión usa muchas de las estrategias y políticas más características de las sectas o cultos y en esto se separa de la tendencia general de las congregaciones religiosas de la Iglesia. Permítame darle algunos ejemplos.

La orden tiene el más poderoso programa de reclutamiento conocido de la Iglesia Católica. El número de reclutamientos es importante, visto como una prueba de la validez de la Legión y una forma de impresionar a las autoridades de la Iglesia. De todas formas, el proceso de investigación es mínimo, y no hay verdadero discernimiento de si hay vocación, de si esta forma de vida es buena o saludable para determinado individuo. Lo bueno – humano, psicológico o espiritual – del candidato nunca es una consideración. Todos tienen una vocación hacia la Legión hasta que la Legión decida otra cosa. Una vez que la orden logra el acceso a una persona joven, todo su poder de persuasión y atracción se dirige hacia ese objetivo inconsciente.

La Legión recluta mucha gente joven, cuanto más joven mejor, antes de los veinte para el noviciado, incluso antes para sus Centros Vocacionales. En esos centros chicos tan jóvenes como de 11 ó 12 años son influenciados y guiados hacia una vida en la Legión. Esos colegios existen aún en México, España y los U.S.A. (Center Harbor New Hampshire). La idea es influir en la persona tan pronto como sea posible, para “formar” a esta persona en el espíritu de la Legión de forma que ninguna otra influencia pueda deformar o manchar su vocación y su “personalidad legionaria”. Debe ser separado de cualquier otra influencia. La juventud y la inmadurez del candidato lo hace vulnerable al lavado de cerebro.

Una vez en la orden la persona es sometida al más intensivo programa de “formación”, i.e. lavado de cerebro. El término de la Legión para esto es “formación”. El lavado de cerebro se hace a través de una combinación de diferentes elementos que influyen y controlan a la persona con gran efectividad: por ejemplo, “dirección espiritual” y “confesión”. El Derecho Canónico establece que los seminaristas y religiosos deben tener completa libertad para elegir un confesor y director espiritual. Éste no es el caso de la Legión, no hay ninguna libertad: todos los legionarios tienen dirección espiritual y confesión con sus Superiores, en el noviciado, a través de sus años de formación e incluso como sacerdotes. Esto es una aberración porque deja a la persona completamente bajo el control del superior. Eso significa que ese superior que recomienda o no a una persona para promoverlo a los votos, u órdenes o posiciones de responsabilidad en la orden, tiene acceso a la conciencia interna de la persona en cuestión. La confesión y la dirección espiritual son armas esenciales en las manos de la Legión para hacer el lavado de cerebro a los individuos para que permanezcan en la Legión, para convencerles de que ellos tienen una vocación dada por Dios hacia la Legión, para estar totalmente de acuerdo con la Legión y con los deseos de los superiores, y una forma en la que la Legión logra acceder totalmente a la conciencia y a la mente de la persona. Los legionarios son continuamente exhortados a decirle al superior/director espiritual todo, sin guardarse nada, sin tener secretos. Otras armas para el lavado de cerebro son las continuas series de conferencias, charlas, retiros, exhortaciones que las comunidades reciben constantemente y que repiten y refuerzan el mensaje esencial.
A todo esto, el mensaje básico, el punto crucial, es que los miembros tienen una “Vocación” hacia la Legión y que esa vocación viene de Dios y ellos han recibido esa vocación para toda la eternidad. Es la voluntad de Dios que ellos estén en la Legión. Si ellos no son fieles a su vocación están poniendo en peligro su salvación eterna, y corren el riesgo de condenarse e ir al infierno. Este mensaje es constantemente tamborileado durante la vida en la Legión, quizás el más consistente y omnipresente estribillo que es transmitido y repetido en muchas formas diferentes.

Desde el momento que entra, una persona en la Legión de Cristo es sometida a un control total en todo lo que hace, todo lo que dice, todo lo que piensa. La Legión se refiere a eso como “integración” y un legionario debe esforzarse por conseguir la perfecta integración de comportamiento, de mente y de voluntad. Eso significa conformidad con los deseos de la Legión en todo. Lo transformarán en una personalidad legionaria y haciendo esto perderá su propia personalidad. Todas las formas y expresiones de “individualismo” serán eliminadas, eso se recalca muy desde el principio. De todas formas, se hace de forma muy sutil, muy suavemente al principio, con sonrisas y buen humor, difícilmente perceptible por la víctima.

Cuando entramos en le Legión, pensamos que era una orden convencional como los Dominicos, Franciscanos, Jesuitas… Fuimos engañados por muchas cosas que no se nos descubren hasta más tarde. Siempre había velos de secretismo – visitas a casa, el apostolado de la Legión (Regnum Christi…). El terreno siempre se movía y cambiaba. Podían pasar años hasta tener el cuadro completo.

La persona que entra en la Legión es sistemáticamente separada y distanciada de cualquier otra influencia, especialmente de la familia, la cultura, la iglesia en general y la sociedad (“el mundo”). La gente de fuera de la Legión es llamada “los de fuera”, son vistos con la mayor desconfianza, la comunicación con ellos es controlada y normalmente estorbada (excepto cuando la Legión está intentando atraerlos a los fines de la orden). Los legionarios tienen prohibido comunicarse con los de fuera y deben dar cuenta de las conversaciones y de cualquier trato con gente de fuera de la orden.

En la Legión de Cristo el individuo no tiene privacidad, ni física ni psicológica. No tiene espacio para él mismo, ya que los superiores entran en su habitación sin llamar, registran su habitación, los efectos personales y las pertenencias cuando él no está allí (y sin su conocimiento). No tiene tiempo para sí mismo ya que cada momento de vigilia está proyectado e intensamente regulado. Los miembros son animados a espiar y a dar cuenta de los otros miembros de forma contínua: “debemos ayudar al hermano John y qué mejor manera que informar a los superiores ya que ellos, mejor que nadie, pueden ayudarle…” Hay reglas (literalmente miles de ellas) que dirigen y controlan cada acción y cada movimiento de sus vidas (comida, bebida, paseos, charlas…)

El secretismo de la orden hacia el mundo exterior es otro de los rasgos similares a las sectas: en la orden se hace referencia a eso como “prudencia” o “discreción” o “espíritu de reserva”. Los de fuera son vistos como una amenaza; actualmente los miembros tienen prohibido comunicarse con nadie de fuera de la comunidad sin permiso del superior, y esto incluye a los miembros de la familia. Ninguna información sobre la orden – sus prácticas, reglas, costumbres, proyectos, planes, constituciones, libros de reglas – pueden salir al exterior. Intenten pedirles una copia de la Constitución, sus libros de reglas, la edición completa de las cartas del P. Maciel, el manual del Regnum Christie, el documento de los Capítulos…

Hay un control total de las comunicaciones con del mundo exterior y con el exterior: todas las cartas para y del exterior, incluídas aquellas de los padres y la familia, son abiertas y leídas por los superiores. Esto es cierto para los novicios, religiosos, en todas las etapas de formación, y sacerdotes. Todos los periódicos, revistas y libros son leídos y censurados por los Superiores. No hay posibilidad de tener un confesor, director espiritual o asesor fuera de la orden. Eso está prohibido.

El control de la comunicación con el mundo exterior, se practica también dentro de la orden y entre los miembros de la misma. Nadie puede tener confianza nunca con otro miembro de ninguna manera dentro de la orden, especialmente si tiene problemas de cualquier tipo. Debe discutirlo con el superior y sólo con el superior. Hay una supervisión, una vigilancia contínua del superior todo el tiempo. No se permite NINGUNA amistad entre los miembros.

Dentro de la orden hay una total falta de diálogo, discusión, desacuerdo o discrepancia con la orden. No hay sitio para ningún desacuerdo con la Legión. El miembro tiene que aceptar todo lo que diga la orden sin cuestionarse nada. La motivación – cada regla, cada orden, cada idea de la Legión es divinamente ordenada, directamente inspirada por Dios y, por lo tanto, incuestionable. Desde el momento que uno cuestiona una política, una regla, una decisión, esa persona es castigada y debe ser apartada, enviada a algún lugar alejado (como las misiones de Quintana Roo, México) donde no pueda ejercer influencia en otros.

Otra característica similar a la de las sectas es la dificultad que envuelve la salida. Es extremadamente difícil salir ya que uno es constantemente guiado, estimulado a quedarse con toda clase de argumentos, y uno está especialmente cargado con un sentido de culpabilidad: “estás traicionando tu vocación, tienes una responsabilidad respecto a las almas que se perderán a causa de ese cambio…” Cuando uno toma la decisión de salir, es cuidadosamente aislado de los otros miembros de la orden, siendo transferido a otra casa, o se extiende una campaña de rumores entre los otros miembros – “ten cuidado con el P. Peter, tiene problemas…” Esta experiencia es común a todos los que han salido: la sensación de aislamiento y soledad con la que uno abandona la Legión de Cristo es terrible.

Una vez que dejas la Legión nunca más volverás a saber de la orden. Yo pasé veinte años en la Legión, desde el día que salí nunca más he sabido nada de la orden, nunca he recibido una carta, una llamada de teléfono, mucho menos una invitación para visitarlos, o una visita de ellos (teniendo en cuenta además que durante 11 años he vivido a unas pocas millas de su centro a las afueras de Washington). No recibí absolutamente ninguna asistencia o apoyo para recolocarme en alguna otra diócesis, ninguna ayuda respecto a continuar en el sacerdocio, absolutamente ningún interés en mí ni como persona ni como sacerdote. Durante veinte años la Legión había sido mi “vida”, mi “familia”, mi “mundo”, pero desde el momento que puse un pié fuera de su puerta el 27 de Julio de 1985 nunca más volví a saber nada de ellos. Vine a esta diócesis directamente en contra de sus deseos y conseguir los documentos necesarios para incardinarme oficialmente aquí fue muy difícil. Dejar la orden es la única forma en la que uno puede estar en desacuerdo con la Legión y la Legión lo toma como un insulto o un desprecio.
LA SALIDA ES UN ÉXODO: Esto comenzó como un breve mensaje de mail pero una vez que empecé las compuertas se abrieron. Me ha llevado mucho tiempo recuperar mi vida en conjunto pero ahora siento que he puesto a la Legión de Cristo fuera de mi sistema, es algo del pasado. Hace unos cinco años comencé una “Organización” de antiguos miembros de la orden que ha crecido hasta ser unos treinta – algunos sacerdotes, antiguos sacerdotes y otros que pasaron unos años en la orden como estudiantes. Hay una organización similar en España. Nos comunicamos un par de veces cada año, muchos de nosotros nos encontramos aquí o en Irlanda y podemos intercambiar experiencias, historias, incluso “incidentes peculiares” (¡robando una frase de Paddy Crosby!) Podría hacerse una película de algunas de las vías de escape y las estrategias y las historias de supervivencia. A menudo me refería a mi antiguo párroco en Bethesda MD como nuestro “tren clandestino”, como el antiguo pastor (Msgr. James Reddy, un irlandés ya fallecido) era el más acogedor y quien más apoyaba a muchos sacerdotes cuando ellos dejaban la Legión y empezaban una nueva vida). Mucha gente fue herida profundamente en el proceso de salir de la Legión y les llevó años recuperarse. Para mí dejar la Legión fue mi “éxodo”, la liberación en la que he experimentado la fuerza y la presencia del Espíritu Santo, nuestra Organización ha podido ayudar a otros que están saliendo o que acaban de salir

¿Quiénes somos?

La Asociación de Víctimas de los Legionarios de Cristo y de su rama seglar el Regnum Christi, nace con la vocación de denunciar las prácticas que van contra la justicia y la caridad cristiana de este grupo religioso.
Es una página que va contra aquellos que usan a la Iglesia y a sus Instituciones en beneficio propio, pero no contra la Iglesia, de quien nos sentimos parte, al tiempo que protegidos por ella
Por medio de esta página ofreceremos a nuestros lectores información alternativa, a la información oficial, es decir, aquellos que hemos visto y oído directamente no por terceras personas
Expresamente, queremos denunciar la política de desarraigo familiar que practica este grupo religioso, así como el incumplimiento masivo de las obligaciones sociales de la Legión respecto a sus religiosos, tales como el pago de la Seguridad Social, lo que ocasiona que los religiosos que abandonan la Congregación queden desamparados.
La asociación somos todos, si tú también te consideras víctima de los Legionarios de Cristo o del Regnum Christi, puedes ponerte en contacto con nosotros, nos puedes contar tu experiencia, podrás también colaborar con ideas y sugerencias, y también te podemos orientar legalmente, para aquellos casos que lo requieran.
También pueden ser miembros de la Asociación los padres y familiares de los Legionarios. Aunque ya somos muchos, les animamos a ellos que contacten con nosotros, para poder defender con más fuerza nuestro derecho de ver con frecuencia a nuestros hijos o familiares.